sábado, 27 de septiembre de 2008

Ciudadano Anónimo

Un ciudadano anónimo, sin pretensión alguna de notoriedad, residía junto a su familia muy cerca de un colegio. Este detalle pasaría inadvertido para la mayoría; incluso para el ciudadano anónimo y su esposa no fue un detalle determinante para elegir la que sería su residencia definitiva en una zona tranquila de un pueblo tranquilo.
Pero sucedió que, mientras su nueva casa se estaba construyendo, este matrimonio "fue bendecido" con un hijo que no tuvo mayor ocurrencia que la de no esperar a que finalizase el año 2005 para decidirse a nacer y comenzar a colmar de felicidad a la familia. Entonces la proximidad del colegio a su futura residencia cobró mayor importancia.
Era evidente que viviendo a 100mts del colegio Cardenal Cisneros, éste sería el futuro colegio del niño. ¿Quien iba a sospechar que se pueden hacer tan mal las cosas para que la presunta evidencia se quedase tan sólo en una escasa probabilidad?
Hasta que se consumó la impostura ese futuro incuestionable fue un factor inevitable en las decisiones de la familia en relación al hijo.
¿Cuál sería la guardería que cuidaría del niño hasta que fuera al colegio?
Amigos de Almassora recomendaban, por sus cualidades pedagógicas un centro educativo en el mismo pueblo y cerca de casa. Pero además ofrecían servicio de entrega y recogida de los niños en el colegio Cardenal Cisneros, una verdadera ayuda especialmente necesaria para una familia en la que los abuelos no podían desempeñar dicha función. Comoquiera que hoy en día los horarios de trabajo y de colegio son tan incompatibles que no permiten conciliar la vida familiar y laboral de un matrimonio en el que ambos trabajan fuera de casa la decisión estaba clara.
¡Qué gran acierto! Nos permitió conocer o reencontrar a otros padres, buena gente del pueblo. Conocer e integrar a nuestro hijo en la cultura propia de Almassora, en la llengua del poble. Experimentar la exquisitez con la que unas educadoras pueden cuidar de un bebé y atender, con paciencia, a unos padres siempre inquietos, como todos en lo referente a sus hijos.
Se mantenían intactas las aspiraciones de anonimato, hasta que llegó el proceso de admisión de alumnado para segundo ciclo de educación infantil con sus irregularidades que, para algunos incluída la administración, conlleva inexorablemente inherente. Otros no nos resignamos ¡Qué irónico que el poder legislativo sí lo haga!
Todo el mundo sabe o puede imaginar que no existe para unos padres nada más sagrado que sus hijos. Algunos son capaces de embarcarse en cayucos o cruzar continentes entre las ruedas de un camión por brindarles un mejor futuro, o simplemente empujados por la desesperación de verlos morir de hambre. No hay nada más sagrado.
Los que aborrecen la iniquidad actúan ante ella, pero si además la víctima es un hijo propio no escatiman medios para repararlas. Incluso alguno se ve forzado a abandonar la comodidad del anonimato para descubrir toda la extensión social de esa injusticia y las que la acompañan.
Los que aborrecen la iniquidad ya no se pueden parar, no hay marcha atrás.
De momento las aspiraciones de participación en la vida política no trascienden más allá de la colaboración para mejorar los aspectos educativos. Pero si no hay más remedio habrá que pasar a la acción.
"Todo por el pueblo, para el pueblo y con el pueblo"

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