El CEIP Nº5 se ubicó inicialmente (de forma virtual) en el terreno del campo de fútbol de Boqueras; así lo indica el DECRETO 198/2006, de 22 de diciembre, del Consell de la Generalitat Valenciana.
Realmente se instalaron los barracones en el campo de fútbol de la Garrofera.
El Ayuntamiento dispuso que las infraestructuras definitivas se ubicarían en el solar de Peris Agost, pero un contratiempo inesperado truncó tan honorable proyecto.
Tras un período de indefinición, en el que unos daban por hecho que el colegio se quedaría en La Garrofera, otros especulaban con la zona de Pio XII y otros aún confiaban en que los terrenos de Peris Agost albergarían el colegio apareció la inverosímil propuesta de desmantelar un jardín para edificar el colegio en el conocido SUPOR-1.
Rápidamente se constituyeron dos posiciones fuertes (muy fuertes) que suscitaron una dura polémica, unos con la fuerza que da "tener la sartén por el mango" y otros por la fuerza que da "estar quemándose en la sartén". Unos con la información completa y objetivos concretos más allá de la polémica y otros con el apoyo de la MAYORÍA de los padres. Unos instrumentalizando la polémica en su propio beneficio, instrumentalizando los deseos legítimos de los padres y otros inmersos en una lucha con la razón y contra manipulaciones y contradicciones propias de la incertidumbre y la información intencionadamente sesgada.
Es en este momento y en este escenario en el que se recurre al Consejo Escolar Municipal para que resuelva sobre la ubicación. Una vez más se trata de instrumentalizar a un órgano consultivo para seguir alimentando la polémica.
De esto hace más de un año, como hace un año que se superó la polémica con la solución propuesta por el gobierno municipal.
Lo bueno es que quedó patente que el Consell Escolar Municipal debe ser consultado sobre la ubicación idónea para un nuevo centro educativo. Lo malo es que se hizo tarde y con ello, parafraseando a un compañero del Consejo, se puso al CEM a los pies de los caballos cuando un posicionamiento concreto decepcionaría a los defensores del otro.
¿Se repetirá la historia con el Nº6?
¿Tendrá el Consell una idea preformada o se podrá consensuar?
La cuestión no es informar al Consell sino consultarlo
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