domingo, 22 de agosto de 2010

Democracia-Ficción 2: El currante contraataca

El 14 de mayo escribí la primera reflexión sobre una realidad que puede parecer "conspiratoria". Pero creo que deberíamos todos tomar consciencia del mundo en el que vivimos, más allá de lo que vemos en televisión. La inmensa mayoría de los ciudadanos nos conformamos con lo que nos ofrecen por ese canal sin conceder el más mínimo beneficio (en este caso para nosotros) de la duda. La visión que nos ofrecen suele ser limitada, parcial, sesgada e incluso marcadamente tendenciosa pero resulta tan cómodo...
Pero ¿por qué ante un tribunal hay que jurar decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad y ante los ciudadanos receptores de la "información" se omite algún elemento de ese trinomio perfecto?

La respuesta puede estar en estos vídeos:


1.- Se puede decir más alto pero no más claro: ¿el fantasma del capitalismo se extiende por Europa? :(



2.- George Carlin en medio de un gran monólogo sentencia: "Le llaman el sueño americano porque hay que estar dormido para creérselo"

Entonces parece que no podamos nada más que asumir la triste realidad. Durante legislaturas hemos permitido que el Estado desde el Gobierno de la Nación, hasta los Ayuntamientos fueran adquiriendo deudas con entidades privadas de crédito. Se rumorea incluso que el PSOE no quiere ganar el ayuntamiento de Madrid por no asumir la deuda contraída. Posiblemente en nuestra terreta tampoco sea una perita en dulce asumir el gobierno dada la descomunal deuda que atesora la Generalitat y que no deja de crecer:

1.- Ciegsa tiene una deuda de 1.049 millones en diciembre de 2006
y
2.- Ciegsa tiene una deuda de 2.500 millones en abril de 2010

Aún así tenemos que escuchar una de las doctrinas fundamentales del neoliberalismo económico: que hay que reducir los impuestos. Tenemos que soportar que para sustentar esto se utilice la coartada del paro, como si bajar impuestos fuera la receta magistral para erradicar el desempleo. Tenemos que tragarnos esta fórmula como un dogma de fé que no necesita demostración y que ni se nos ocurra pedir explicaciones.
A mí, ciudadano de a pié, se me ocurren al menos un par de inconsistencias.
Primero, ¿a quién se le pretenden bajar los impuestos? seguro que a los mileuristas o los que cobran el salario mínimo interprofesional no se les bajan, simplemente porque no tienen la obligación de tributar. La realidad es que los que quieren pagar menos son los que más tienen, parafraseando el anuncio "porque yo lo merezco".
Segundo, todo cuesta dinero. El dinero o lo tienes o lo pides prestado. La única forma de tener dinero público es la recaudación de impuestos y la lucha contra el fraude fiscal. Pero cuando se empieza a pedir dinero se llega puede llegar a un punto conocido en las empresas como "apalancamiento financiero" y que traducido al lenguaje llano significa que tu empresa realmente pertenece a los bancos porque son los que han sufragado su actividad de forma que han generado una dependencia irremediable. Si la empresa no es una empresa sino el Estado... sólo nos queda dar un puñetazo en la mesa amigos.
El círculo está cerrado, los verdaderos dueños del Estado no van a permitir que la legislación del Estado aumente la presión fiscal sobre ellos, para eso son los amos. Si alguien se hace ilusiones de devolver el Estado a sus legítimos soberanos se hace una demostración de poder a modo de "crisis financiera" y el balsámico efecto coercitivo convierte el "yes we can" en "siga soñando" (en un mundo mejor).

Llegados a este punto sólo tenemo una salida digna:
Es mejor morir de pie que vivir de rodillas, a lo que añado (para los que prefieran "vivir"): es mejor morir de pie que morir de rodillas.
La única forma de mostrar nuestra oposición a esta política es dar ese puñetazo en la mesa, toda la sociedad al unisono. Eso es lo que se conoce como huelga general y ya está convocada por los sindicatos, será el 29 de septiembre. Humildemente considero que esta huelga es de una magnitud superior a la decualquier huelga general porque no va dirigida contra nuestro gobierno de la nación. Al menos creo que, aunque el gobierno de nuestra nación esté en la diana contra la que apunta la huelga, en el centro quien hay es el anónimo dictador que menciona Gabilondo.
Humildemente considero que o bien conseguimos detener esta barbarie de esta forma o bien será la única forma de morir dignamente. Después nuestros hijos se preguntarán ¿cómo se perdió toda la protección de la clase trabajadora? Y nosotros sólo podremos responder: hijo mío, primero los trabajadores perdieron la conciencia de clase, después todo vino rodado

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